lunes, 3 de mayo de 2010

LA ESCUELA FUENTE DE CONFLICTO. LA FAMILIA TRANSMISORA DE VALORES

Actualmente, sobre la escuela se deposita la mayor parte de las responsabilidades que tradicionalmente habían ejercido otras instituciones sociales, sobre todo las de la familia. Hoy la escuela se siente incapaz de atender la diversidad y la complejidad de las mismas y encuentra grandes dificultades para cumplir la más elemental de las tareas: la transmisión del conocimiento.

En la escuela, hoy en día, se da un gran pluralismo, en una sociedad tan plural como la actual. Pluralismo fuente y elemento de conflicto, pero que también es una fuente de riqueza que se ha de explotar. En este campo de la multiculturalidad, la escuela está haciendo cosas pero más en el ámbito de voluntarismos personales que como institución escolar. Antaño la escuela, la familia, la sociedad eran bastante homogéneas en el terreno de los valores y en el campo de las responsabilidades. Apenas se producían conflictos entre los elementos. Se educaba en la calle, en la escuela, en la parroquia etc. y cualquier miembro de la comunidad podía corregir y corregía conductas a la niñez. Los padres confiaban plenamente en el maestro y en la escuela y les animaba un mismo interés, la educación del alumno. Sin embargo los intereses y ánimos están cambiando y es por esto por lo que nos asalta el siguiente interrogante: ¿cómo solucionamos el problema de la heterogeneidad y la multiplicidad actual de intereses?

El estado cada vez más, o ciertas organizaciones, adquieren roles o obligaciones que en otros tiempos pertenecían al campo o eran propias de las obligaciones familiares. En el presente, parece como si la familia hubiera hecho delación de responsabilidades que le son propias. Y las responsabilidades familiares no se pueden ni deben delegar en nadie y menos en el “papá estado”. Cada día es más frecuente que los niños, desde su más temprana edad, estén en manos de instituciones y personas “ajenas” a la propia familia. Son cuidados, es el caso de las grandes ciudades y como consecuencia de la incorporación de la mujer al trabajo, por personas de servicios procedentes de otros ámbitos culturales y pasan la mayor parte del día en el colegio o en actividades extraescolares fuera del ámbito familiar, con jornadas maratonianas y agotadoras.

La familia es la institución social más importante que asegura la transmisión y la pervivencia de valores cívicos y sociales y en otros tiempos también culturales. En una sociedad, tan poco homogénea, como la actual si alguien debe tener el monopolio en la transmisión de ciertos valores a los hijos ese alguien es la familia.
Padres y educadores deben ser conscientes de que los valores que un niño interioriza serán determinantes a la hora de enfrentarse a cualquier conducta de riesgo social, como la violencia, la intolerancia y el racismo. Por ello, padres y educadores, debemos aceptar un carácter propio y ponernos de acuerdo sobre qué grandes temas, valores, y a partir de qué jerarquías de valores sería posible construir la mundialización de la justicia, la paz y la solidaridad.

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